

A Gerardo se le pide que autorice al terapeuta para proceder con la investigación de quién es esa luz pero Gerardo es influenciado para no dar su poder al terapeuta, ya que ve esa luz como algo positivo como algo que no tuviera nada de malo pero luego se da cuenta de que esa luz se ha arraigado en su interior y es la causante de su angustia y miedo.
Las sensaciones de Gerardo son de sentirse impedido para realizar cualquier movimiento e incluso llora porque siente que aún sabiendo las cosas no las puede hacer, algo tan sencillo como tomar un vaso no puede hacerlo.
Hasta ese momento ni el terapeuta ni la telépata tenían idea de que Gerardo había estado bajo el efecto de una sustancia estupefaciente, además de eso manifestó un enorme miedo que no le permitía reaccionar ante las órdenes del terapeuta. Luego sale a relucir que Gerardo había estado bajo el efecto de la ayahuasca y había abierto su conciencia que es lo mismo que abrir portales dimensionales y dió entrada a un draconiano, el cual se puso de manifiesto en la sesión de manera agresiva cuando Gerardo mismo contestó que iba a luchar para que se vaya de él, manifestándose un momento de grave tensión en la sesión.
Interiormente Gerardo percibió que la toma de ayahuasca era un error grave pero sin embargo en ese momento al parecer se le entrecruzaron otros pensamientos que lo llevaron a decidirse finalmente por ingerir la mezcla de esas plantas alucinógenas. Así mismo el draconiano que lo posee desde entonces, manifestó estar con una legión de entidades y que querían su cerebro. Algo que repetidas veces sale a relucir en relación a las posesiones walk-in, porque en el cerebro es donde mayor energía se produce y lo que les permite interactuar en nuestra esfera energética.


El draconiano intenta controlar a Gerardo por la glándula pineal y el chamán que suministra el ayahuasca.
Como si fuera poco había presencia de implantes en la cabeza que permitiera engancharse a otras personas a través de Gerardo. Solución a ese tipo de parasitación, antes que nada la PREVENCIÓN, mejor evitar.